jueves, 16 de julio de 2009

El obispo Fernando Lugo nos salió mostrenco y cada vez más parecido a Lucio Gutiérrez

Por: José Sant Roz

La SIP vive en su plan permanente de ir chantajeando a los gobiernos latinoamericanos recién electos: Estuvo en Ecuador y no le pararon, lo mismo le pasó en Nicaragua; recaló, como sabemos, presionando con argucias de todo tipo para que Chávez recibiera a sus jeques mayores pero acabó yéndose de culo en Caracas cuando el Comandante los mandó a hacer gárgaras. En Bogotá la recibieron con bombos y platillos y el anciano sinvergüenza de Gabriel García Márquez sirvió de la vedette mejor servida. En bobo de Marcel Granier aprovechó la ocasión para tomarse más de una docena de fotos con el Gabo. En México le cantaron las Mañanitas, en Chile le echaron flores y agua bendita porque allá se encuentra el imperio de Agustín Edward (dueño del Mercurio) y padre intelectual del asesinato de Salvador Allende. Ni por el carajo a la SIP se le ha ocurrido meterse en La Habana como de momento tampoco ir a Bolivia.

Ahora encamina sus pasos hacia El Salvador.

La reciente reunión de la SIP en Asunción, la capital de Paraguay, nos muestra lo poco serio que nos ha resultado este señor Fernando Lugo. Lo primero que hace es retratarse con una sonrisa de oreja a oreja con Bobolongo, director del diario más fascista de América Latina, “El Nacional”. ¡Cómo se parece Lugo a Lucio Gutiérrez quien apenas se monta en el coroto sale en volandas para EE UU para darle un gran abrazo al canalla de Bush y se reúne secretamente con los agentes de la CIA, James Cason y Roger Noriega! Hace tratos indignantes con los empresarios de su país y se coloca en cuatro manos ante el FMI para que se le monte. Llama a gobernar a oportunistas vinculados a ONGs financiadas por la embajada norteamericana, como al Camilo Soares vinculado a la mafia del contrabando de cigarrillos y a USAID. ¿Qué fue lo primero que hizo la oligarquía reaccionaria de la prensa adicta al imperio, y enemiga a muerte de Hugo Chávez?, pues salir a felicitar al curita Fernando Lugo, y a decirle que ni por el carajo se fuera a salir del modelo colonial implantado allí desde hace tres siglos. Inmediatamente el presidente de la SIP, Enrique Santos Calderón, lo invitó a una cena en Mburuvicha Róga, y el cura idiota salió a complacerle.

Ahora el señor obispo Lugo sale a ponerse del lado de ex presidente de la OEA César Gavidia cuando dice que "lo único que queda de la democracia en Venezuela son los medios". Y prácticamente a apoyar el informe emanado de esa burda “Comisión de Libertad de Prensa”, que exige garantías para los periodistas en Bolivia, Cuba, Nicaragua y Venezuela, donde todos cumplen un perfecto plan terrorista, de desestabilización de la economía y de amenazas permanentes a la estabilidad social de los pueblos.

Además, ante los chantajes del palangre empresarial Lugo respondió que eso que ocurre en nuestro país de “cierre de medios de comunicación y ataques a la prensa “les aseguro que esos hechos durante mi Gobierno, aquí en el Paraguay, no van a suceder”. No se trata de que Lugo no esté bien informado sobre lo que aquí está sucediendo en relación con esos medios, sino que él fue financiado durante su campaña por la prensa de ultraderecha. Así estamos en Paraguay, pobre país que nunca ha tenido suerte con los gobernantes que ha tenido. Qué el Señor nos coja confesados.

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