martes, 22 de septiembre de 2009

El Obispo Fernando Lugo desorienta a las Fuerzas Armadas

http://www.democraticamente.com/nicolas/el_obispo_desorienta.html

La espada y la cruz fueron desde el inicio de la existencia del estado paraguayo sus dos fuerzas combinadas que hasta hoy constituyen la esencia del poder y mantenimiento del “status quo” dentro de nuestro país.

El Obispo Fernando Lugo Méndez quien funge de Presidente de la República en base a una entelequia seudopolítica, a pesar de tener antecedentes en la disciplina casi militar como la que se práctica dentro de la jerarquía eclesial, prácticamente está desorientando a las Fuerzas Armadas en cuanto al replanteamiento de sus funciones y objetivos ante la nueva geopolítica que se está instalando específicamente en América Latina, por supuesto, dentro de las misiones constitucionales de “custodiar la integridad territorial” y “defender a las autoridades legítimamente constituidas”.

Para entender la situación debemos partir primeramente de la situación actual de nuestras Fuerzas Armadas, a saber:

Unos 14 militares paraguayos que forman parte de las fuerzas de paz de Naciones Unidas en Chipre no cobran sus salarios hace 21 meses y viven de la caridad de sus compañeros chilenos y argentinos. El sueldo es de unos 1.000 dólares mensuales, atractiva tentación para quienes ganan sueldos ínfimos en las Fuerzas Armadas;
Oficiales que son castigados por el sólo hecho de no acudir a un oficio religioso de la Iglesia Católica;
Oficiales que son destituidos y sancionados en forma arbitraria e ilegal para blanquear al Comandante en Jefe de las fuerzas Armadas quien ordenara en contra de la Constitución Nacional, la realización de encuentros políticos en una Cuartel Militar de las Fuerzas Armadas de organizaciones juveniles Latinoamericanas;
La institución del “ñekuareato” se ha instalado en los altos cargos de las FFAA, donde no importan los méritos sino los que son socios del Obispo Lugo y su entorno;
La indefensión de las fronteras es prácticamente total, salvo en la zona de Asunción. Con solamente 2.000 efectivos – la mayoría reclutas con poca formación y entrenamiento – mal equipados, sin infraestructura adecuada y apoyo logístico, se pretende cuidar las fronteras del país a lo largo de 3.645 Km. de extensión. Es una misión imposible;
Esta terrible situación hizo que el crimen organizado utilice el territorio nacional para realizar sus fechorías y a cualquier grupo de personas a instalarse sin ningún control oficial. Esto ya está desestabilizando al país poniendo en peligro su soberanía;
La Fuerza Aérea Paraguaya está totalmente abandonada a su suerte;
El sistema de control del espacio aéreo es muy deficiente y los pocos aviones que tenemos son obsoletos;
Las escasas pistas de aviación se hallan en estado deplorable;
El espacio aéreo paraguayo es totalmente indefenso; El gran CHACO PARAGUAYO TIENE SU VULNERABILIDAD POR EL ESTADO DE ABANDONO E IDEFENSIÓN EN QUE SE ENCUENTRA;
Excluyendo a las Colonias Menonitas y a la zona de Villa Hayes, no hay prácticamente actividad económica;
EL CHACO ESTÁ SIENDO INVADIDO PACÍFICAMENTE POR COLONOS, ESTANCIEROS Y NARCOTRAFICANTES BRASILEÑOS, QUIENES SE ESTÁN INSTALANDO PRINCIPALMENTE EN LA ZONA DEL RÍO PARAGUAY, DONDE ÉSTE ES FRONTERA CON BRASIL;
Los jefes y oficiales de las Fuerzas Armadas Paraguayas son aproximadamente 2.500 hombres entre el ejército, armada, fuerza aérea;
Las unidades militares instaladas en el Chaco Paraguayo están destartaladas, con una pésima infraestructura y falta total de logística, con pocos oficiales y soldados; con sistemas de comunicación desfasados, ni siquiera tienen pintura o cal para lavar la cara de los cuarteles, y el transporte es peor al que se tenía durante la contienda chaqueña;
Los salarios de hambre con el cual sobreviven los oficiales y soldados del ejército de paraguayo, que prácticamente les obligan a delinquir para mantener a sus familias, con la venta de municiones, explosivos y armas a los traficantes de drogas de las favelas brasileñas;
Estos hechos notorios que fueron expuestos en varias ocasiones por los medios de prensa de nuestro país, exponen con crudeza la deteriorada situación de nuestras Fuerzas Armadas.

Consecuentemente, la posibilidad de que la “clase política corrupta” del Paraguay viabilice la necesidad de “reformar las Fuerzas Armadas” es casi imposible.

Solamente el Obispo Lugo Méndez (si quiere) puede establecer el mecanismo necesario para darle un nuevo replanteamiento a nuestras Fuerzas Armadas. Pero, para eso, tiene que dejar de desorientar a la institución castrense en cuanto al tema ideológico, estratégico y geopolítico con sus “idas y venidas” entre “Chavez y la embajada americana” como si fuera el péndulo del reloj de la sacristía de la Catedral.

¡Ni mamelucos, ni porteños; nada más y nada menos, que Paraguayos!

Estas son las palabras sabias del Dr. Gaspar Rodríguez de Francia quien encarnó la Independencia del Paraguay. Supo defender y mantener la integridad territorial.

Mantuvo y dirigió inteligentemente un ejército al que distribuyó estratégicamente para la defensa de las fronteras.

Esta és la base ideológica sobre la cual se debe sostener las Fuerzas Armadas de la República del Paraguay. No existe otra alternativa.

El Obispo Lugo si pretende ser respetado en el consenso de las naciones de América Latina y el resto del mundo, debe sostener una ideología pragmática y de tanta riqueza como la que tenemos los paraguayos.

Nadie puede venir a enseñarnos qué hacer con nuestras riquezas o lo que es peor, llevarse parte de ella.

Con patriotismo acompañado de hombres y mujeres con sentido de pertenencia nacional el Obispo Lugo puede encarar la reestructuración de las Fuerzas Armadas en forma independiente, sencilla, pero eficiente, organizada y altamente profesionalizada.

Reconversión de las Fuerzas Armadas Paraguayas

Se puede estimar que las Fuerzas Armadas realmente de acuerdo a las necesidades del país deberían estar compuestas por 50 mil hombres, de los cuales 7.000 serían profesionales.

Los demás estarían comprendidos en la categoría de conscriptos, personal militar administrativo, especializado (médicos, odontólogos, ingenieros, topógrafos, técnicos informáticos, agrónomos, etc.) y posibilitar la figura del “militar retirado reincorporado”.

El costo del funcionamiento de las Fuerzas Armadas profesionales está estimado en 300 millones de dólares americanos. Es decir, que por lo menos 7.000 efectivos militares que serían profesionales sean destacados a cumplir con el custodio de las fronteras y el espacio aéreo y la seguridad interna.

De esta forma se controlaría el contrabando de exportación de rollos y maderas, el narcotráfico y la operación de bandas criminales en las zonas fronterizas.

En colaboración con las fuerzas policiales, pondrían término al estado de inseguridad y zozobra que vive el país y se estarían eliminando los daños económicos que la ciudadanía sufre en sus bienes y los enormes gastos que desembolsa en concepto de seguridad privada, armamento y autodefensa.

Mientras tanto unos 17.000 efectivos militares podrían estar llevando a los sectores carenciados en todos los rincones del Paraguay, los servicios indispensables de salud y educación, así como la construcción de obras públicas, principalmente en el Chaco.

El presupuesto sería de 300 millones de dólares americanos.

También se podría instalar las fuerzas para casos de emergencia de aproximadamente 2.000 dos mil efectivos militares, distribuidos estratégicamente en todo el territorio nacional. Se dedicarían en tiempos normales a la acción cívica. Su costo se estima en 25 millones de dólares anuales.

Otro contingente de 5.000 hombres se encargaría de la defensa de las principales riquezas naturales, con un presupuesto de 15 millones de dólares anuales, para cuidar los parques naturales, las reservas forestales, la riqueza ictícola, fauna y flora silvestre, además participar en la defensa del medio ambiente.

También promover el servicio militar obligatorio y hacer que los Objetores de conciencia cumplan con servicios sociales de carácter netamente cívico a favor de la población.

En síntesis, necesitamos unas Fuerzas Armadas con mejor salario de sus cuadros profesionales, necesitamos unas Fuerzas Armadas que mejoren la vigilancia en las fronteras, necesitamos unas Fuerzas Armadas que tengan el control del espacio aéreo con radares de vigilancia y unos pocos pero buenos aviones de combate, así como suficiente capacidad para transportar personal y material humano; necesitamos unas fuerzas armadas con una nueva diagramación y formación profesionales en sus escuelas militares; necesitamos de unas Fuerzas Armadas ideologizadas por la consigna de los próceres de la independencia como el Dr. Gaspar R. De Francia; y proyectándose para nuestro Siglo 21.

No necesitamos de “rearmes”, sí necesitamos de nueva organización, y la adquisición de cosas que nos faltan.

Ni yankees, ni venezolanos, nada más y nada menos, paraguayos!

Por eso el Obispo Lugo debe ponerse los pantalones y hacer lo que tiene que hacer como ciudadano paraguayo. Nadie le pide otra cosa.

Pero, si sigue jodiendo las pelotas como hasta ahora, con sus idas y venidas al viejo estilo de la izquierda burguesa asuncena, no nos vamos a ningún lado.

Lugo tiene 4 años para reorganizar las Fuerzas Armadas y dotarle de un sustento ideológico nacionalista y antiimperialista basado en nuestra propia independencia como Estado.

Caso contrario, nos sumiremos en la desgracia de tener que aguantar otras nuevas dictaduras militares con jefes castrenses manejados por control remoto desde el Pentágono.

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