miércoles, 2 de septiembre de 2009

FERNANDO LUGO, EL NARCO-OBISPO





JEFE DE LA POLICÍA DE FERNANDO LUGO, JEFE DEL NARCOTRÁFICO


http://www.cubanuestra.nu/web/article.asp?artID=16587

“Mantén cerca a tus amigos, pero más cerca a tus enemigos” es una célebre frase de Marlon Brando, caracterizando el papel del capo mafioso Vito Corleone en El Padrino, y pareciera ser tomada como lema por las actuales autoridades de Paraguay. Eso si dejamos de lado la realidad imposible de ignorar de que los integrantes del gobierno en este país sudamericano siempre se encuentran en el limbo entre el bien y el mal, donde es común encontrar juntos y revueltos a criminales y agentes del orden.

Cuando era alrededor de las 19:30 del lunes 17 una explosión sacudió la vivienda del comisario de la policía paraguaya Edgar Salcedo, y a causa del estallido fallecieron sus hijas Larisa Magalí (16) y Gianina (19). La madre de ambas jóvenes, Norma Pastor de Salcedo, fue llevada al Hospital del Quemado, donde tras permanecer en la sala de terapia intensiva algunas horas, también falleció.

Una opinión versada en el tema advirtió a través de los medios locales que para la explosión pudo utilizarse peróxido de acetona (TATP, por sus siglas en inglés) un explosivo muy utilizado por narcos y suicidas en Medio Oriente, conocido también con el nombre de Mother of Satan (Madre de Satán) debido a su alto poder destructivo, y por no dejar rastros visibles. La acetona es un producto que los narcotraficantes manipulan con frecuencia, y un episodio vinculado al tráfico de drogas había sido el preludio de la tragedia.

El comisario Salcedo y su hermano, el también comisario Ramón Salcedo, participaron activamente en la detección y el decomiso de un cargamento de cocaína proveniente de Bolivia, en el Chaco, en los días previos.

La operación se realizó al margen de la Secretaría Nacional Antidrogas, cuyos puestos de vigilancia sospechosamente no detectaron un camión que transportaba un voluminoso cargamento de más de 200 kilos de cocaína.

Aparentemente, el comisario Édgar Salcedo tuvo participación en la denuncia del cargamento, dado que su presencia en el operativo no correspondía por motivos jurisdiccionales, y su destino natural era Pedro Juan Caballero, distrito de Paraguay siempre vinculado con el narcotráfico. Sí era el área de jurisdicción de su hermano Ramón, asentado en el Chaco.
La historia creció en dramatismo cuando la abogada Teresa Escobar denunció amenazas telefónicas el sábado, ante una comisaría de su localidad, según informaron los medios esta semana. La denunciante era la esposa de Ramón Salcedo, hermano de Edgar Salcedo y también policía.
Según la denuncia, un hombre que se identificó "como un comisario fuera de servicio", le indicó que habían decomisado una carga que no debían (10 kilos de cocaína en el Chaco), y que lo pagarían con sus vidas, de acuerdo a la versión fiscal.
Posteriormente trascendió que la amenaza provino del mismo hermano del comandante de la Policía Nacional, Viviano Machado, Vidal Machado. Para mayor escándalo, la llamada fue realizada desde una línea perteneciente al mismo comandante de la policía, un hombre considerado como ficha política del actual gobierno encabezado por el clérigo-presidente Fernando Lugo.

De acuerdo a la denuncia, el hermano del comandante llamó desde el celular corporativo de la Policía Nacional, destinado al comandante, para recriminar a Salcedo que su personal estaba negociando con un cargamento de cocaína incautado.

Viviano Machado confirmó posteriormente que su hermano, Vidal Machado, fue el que realizó la llamada al comisario Salcedo, aunque negó las amenazas.
La policía ignoró todas las denuncias, algo comprensible en Paraguay cuando afecta al hermano de un alto jefe uniformado, y hombre de confianza del actual gobierno. El resultado fue una tragedia que costó la vida a las dos hijas y la esposa del comisario.

Episodios de este género no son nuevos en Paraguay, donde por lo general oficiales de la policía y el ejército, con la SENAD, la DINAR y la DEA norteamericana, coordinan sus tajadas con lo incautado.

La desaparición de parte del dinero de una transacción, sumado a los afanes de la DEA de constituir un poder paralelo en Paraguay con oficiales desvinculados de la SENAD, ya habían acabado con el asesinato del general paraguayo Rosa Rodríguez en las calles de Asunción, el 10 de octubre de 1994.

Lo nuevo del episodio es que se produzca bajo la batuta de los hombres escogidos por la mitra mesiánica para redimir al Paraguay, un digno cofrade de Paul Marcinkus, nuestro héroe Fernando Lugo.

SODERBERGH, SCARFACE Y MIAMI VICE EN PARAGUAY

http://www.cubanuestra.nu/web/article.asp?artID=16591

Quienes atiborramos nuestra adolescencia con la producción cinematográfica estadounidense –la única que podíamos disfrutar en el Paraguay bajo Stroessner, dominado por los narco-generales anti-comunistas- tenemos recuerdos imborrables de una la escena de Scarface, donde Al Pacino concurre a Bolivia para conocer al acaudalado narcotraficante “don Sosa”.

El educado y caballeresco capo mafioso cumplimenta a Tony Montana (a quien personifica Al Pacino), presentándole a uno de sus socios, quien resulta ser el Ministro de Defensa de Bolivia.

Eran escenas que sólo pertenecían a la fantasmática de Hollywood y a la imaginería popular de estos países sudamericanos, creíamos, aunque no restábamos crédito a que podían darse en las altas sombras del poder, ahí donde los imberbes de clase media no teníamos lugar.

Sólo a estas caricaturescas parodias, pensábamos, podíamos asistir, en las imágenes de Al Pacino interpretando a Montana, a Marlon Brando en El Padrino, o en una popular serie televisiva de aquellos años, Miami Vice, que por ironías del destino hace pocos años grabó parte de su versión largometraje en Paraguay.

El tanta veces nombrado como mesiánico predestinado para redimir de sus males al Paraguay, nuestro inefable héroe el obispo Fernando Lugo, se hizo cargo de la escena política para superar todas nuestras expectativas.

Uno de los primeros escándalos de su gobierno se desató cuando se descubrió que había designado jefe de inteligencia de la Fuerza Aérea a un coronel que había sido arrestado y enjuiciado, siendo condenado a cuatro años de cárcel, por tráfico de cigarrillos y –presumiblemente- drogas, en Argentina. Ver:

http://www.ultimahora.com/notas/200715-Ben%C3%ADtez-Liseras-queda-a-disposici%C3%B3n-del-Comandante-en-Jefe

El segundo caso fue el del hijastro de su secretario Miguel López Perito, David Yinde,
filmado y arrestado recibiendo dinero sucio en pleno congreso de transportistas, hoy enjuiciado por trafico de influencias y por enriquecimiento ilícito. Ver:

http://www.lanacion.com.py/noticias-248551.htm

Y en lo que pareció una versión de Miami Vice que superaba a la versión fílmica, el mismo jefe máximo de la policía fue sindicado por la prensa y sus colegas como cabecilla del narcotráfico. Por si fuera poco, se lo involucró con el terrible asesinado de las dos hijas y la esposa de un camarada. Ver:

http://www.ultimahora.com/notas/248130-Esto-no-va-a-terminar-as%C3%AD,-asegura-el-comisario-Salcedo


Al caer la tarde del lunes 17 una explosión había sacudido la casa de un camarada del comandante de la Policía Nacional, Viviano Machado. A causa del estallido fallecieron
las hijas del comisario Edgar Salcedo:Larisa Magalí (16) y Gianina (19). La madre de ambas jóvenes, Norma Pastor de Salcedo, fue llevada al Hospital del Quemado, donde tras permanecer en la sala de terapia intensiva algunas horas, también falleció.

Como en Scarface, desde el mismo celular corporativo de la Policía Nacional, destinado al comandante, se hizo una llamada para recriminar a Salcedo que su personal estaba negociando con un cargamento de cocaína incautado, metiendo sus narices en una mercadería cuyo tránsito no le correspondía cuestionar.

El máximo jefe de la policía paraguaya, hombre de confianza del obispo Fernando Lugo y de su ministro del Interior Rafael Filizzola, quienes lo habían apañado en incontables ocasiones pese a las denuncias, se evidenciaba así como metido hasta el cuello en el letal enredo..

Aún cuando el caso cobraba estado público, y la prensa internacional se hacía eco, el gobierno del obispo se mostró reacio por varios días a deshacerse de su jefe de policía y hombre de confianza, a la sazón cabecilla del narcotráfico.

La prensa paraguaya, anestesiada por las fuertes sumas que fluyen en publicidad desde la secretaría de Comunicaciones oficial del gobierno, que duplican en volumen a las que gastaba el gobierno anterior, tomaron con apatía la noticia y pronto encontraron otros temas de los cuales ocuparse.

Un buen guión para la próxima película de Sorderbergh, sin ninguna duda.

FERNANDO LUGO, EL NARCO OBISPO

http://www.cubanuestra.nu/web/article.asp?artID=16600

El escritor estadounidense Robert Penn Warren pone en boca de su personaje Willie Stark, en su celebrada novela All The King`s Men, que todo hombre es concebido en el pecado y nacido de la corrupción, y la vida es apenas un paréntesis entre la fetidez de los pañales y el hedor del sudario.

Con ese argumento, buscaba convencer a uno de sus acólitos que escarbando a fondo, inexorablemente encontraría algún antecedente deshonroso en el aparentemente impecable juez Irving, su antagonista.

El obispo Fernando Lugo ya había demostrado cuánta verdad había en el metaforismo de Warren con sus escándalos previos, pero con los últimos acontecimientos las mentiras de sus seguidores se dieron definitivamente de bruces contra la pared.

Los muros céntricos de la capital paraguaya amanecieron hoy cubiertos de afiches con la leyenda “Y ahora, ¿quién podrá defendernos?”, en evidente alusión a los últimos episodios que envolvieron a la cúpula policial de Fernando Lugo, cuyo máximo jefe debió renunciar luego de evidenciarse como una de las cabezas visibles de la hidra del hampa.

La policía paraguaya, hoy más que ayer, queda nuevamente envuelta en “confusos” episodios de delincuencia y narcotráfico, y aunque la historia no es nueva, producen perplejidad al tratarse de un gobierno cuya propaganda prometía sanear el país.

Las historias de narco-policías en las más altas esferas del poder son abundantes por estas latitudes, donde el organismo que dirige la lucha contra las drogas –la SENAD- fue creado por el gobierno del mayor narcotraficante de la historia del país, el general Andrés Rodríguez, y donde un narco acusado públicamente por la DEA –Carlos Barreto Sarubbi- fue gobernador y coordinador de la lucha contra la piratería y el contrabando.

El caso del comisario Aristides Cabral, jefe de Narcóticos durante el gobierno de Luis Gonzalez Macchi, es paradigmático en la historia reciente. El mismo intervino en una ocasión, junto al ex fiscal antidroga Carlos Cálcena, un establecimiento del narco brasileño Beira Mar, donde se incautaron 1,5 millones de dólares y se detuvo al narco Amato Filho. Cabral y Cálcena se apropiaron del dinero sin informar a sus superiores y, sobre todo, sin compartir el botín, lo cual enfureció a los agentes norteamericanos de la DEA. Por el hecho, Cálcena fue destituido y condenado a seis años de prisión, en tanto Cabral fue perseguido por la embajada norteamericana y su ascenso fue varias veces vetado debido a las presiones del embajador norteamericano John F. Keen.

La embajada de Estados Unidos acusaba a Cabral de narcotráfico, pero su verdadero pecado a los ojos del Tío Sam era haber delatado al informante de la DEA, Juan Domingo Viveros Cartes, ante emisarios de la Policía Federal del Brasil, echando a perder sus entregas vigiladas.. Por otro lado Cabral, estando en servicio activo, prestaba sus servicios al empresario Horacio Cartes(1), involucrado en narcotráfico y lavado según información confidencial de la SENAD.

De todas maneras, Cabral tenía cubiertas sus espaldas, pues –según el periodista Idilio Méndez Grimaldi- había destinado gran parte de sus recaudaciones con el narcotráfico a financiar la campaña política del ex presidente Nicanor Duarte Frutos.
Durante esa misma campaña, el aspirante a parlamentario Wildo Legal se había visto envuelto en un episodio de narcotráfico, al ser incautada una de sus camionetas con un voluminoso cargamento, debidamente camuflado con los afiches proselitistas del candidato.

Como presume con toda razón el lector, el candidato resultó electo a pesar del incidente, que al parecer sólo aumentó su popularidad.

No hace falta ser muy suspicaz para entrever un paralelismo entre el caso de Cabral y el del narco-policía Viviano Machado, protegido de Fernando Lugo y de su ministro del interior Rafael Filizzola.

Tiempo atrás varios políticos, organismos y referentes de los Derechos Humanos habían adveritdo sobre el oscuro pasado del comisario. A pesar de ello, Fernando Lugo y su entorno siguieron apañando y respaldando a Machado, hasta que se reveló como metido hasta el cuello en el narcotráfico.

Las vinculaciones de la familia de Fernando Lugo con personajes conocidos en el mundillo local de las drogas y el narcotráfico, como el caso de su sobrina Mirta Maidana, pareja de Vicente Castiñeira(2), ahondan las sospechas. Más aún si consideramos que en uno de los medios que maneja la familia Castiñeira, fue censurada toda información que podía contrariar la campaña del hoy clérigo-presidente, algo que me consta.

Apellidos ilustres en la historia del narcotráfico, personeros atornillados del cartel de poder que se enseñorea hace dos décadas sobre la democracia alucinada del Paraguay, doncellas de alas blancas y radiantes, vuelven así a revolotear el poder en el Paraguay bajo el “gobierno del cambio”.

Poco importa que éste sea hoy dirigido por el ex obispo de una diócesis -San Pedro-tanta veces nombrada como “la más pobre del país”, nuestro inefable héroe Fernando Lugo..

Los reportes periodísticos ignoraron todo el tiempo, pudorosamente, que la comarca también cuenta con abundante feligresía abocada al negocio de la drogas, en la zona con más alta concentración de narcos, plantaciones ilegales y producción de estupefacientes del Paraguay. LAW
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(1) En una sola cuenta de un testaferro suyo en Foz de Yguazú, Brasil, fue descubierta la suma de 450 millones de dólares.

(2) Vicente Castiñeira, proceso por tráfico de drogas y ex convicto del mismo delito en Colombia, es hermano de Zuny Castiñeira, quien fue “pareja” y socia en varios entuertos de Carlos Barreto Sarubbi, narco fichado por la DEA y gobernador del Alto Paraná durante el gobierno de Wasmosy. También estuvo casada y asociada con Adilson Rosatti, narco destacado de Pedro Juan Caballero, pero sus movedizas relaciones entre los círculos que manejan el poder la han convertido en inamovible personaje de la farándula paraguaya.
A propósito, ver noticia en: http://www.lanacion.com.py/noticias-252638-2009-06-22.htm

EL NARCO PERIODISMO Y EL OBISPO FERNANDO LUGO

http://www.cubanuestra.nu/web/article.asp?artID=16615

Suele recordarse que en una oportunidad, al verse sorprendida su administración difundiendo informaciones inciertas, el secretario de estado norteamericana de los años reaganianos, George Shultz, se defendió afirmando que en tiempos de guerra, la verdad es tan preciosa que debe ser protegida por una guardia de mentiras.

Al parecer la coartada ha reverdecido su validez en el Paraguay bajo el gobierno del obispo Fernando Lugo, donde aterradores episodios que involucraron a narco-terroristas, narco-policías y sicarios del mismo rubro se sucedieron en una semana sin que el meollo de toda esta ola criminal haya sido advertida por los narco-periodistas.

Tal vez parte de la explicación en todo esto la encontremos en el hecho de que Fernando Lugo y su gobierno violan las leyes de propagandas estatales, según denuncias del diputado Carlos Soler, quien también criticó que la binacional paraguayo-argentina Yacyretá pagara la publicidad del balance de un año de gestión de Fernando Lugo.

El legislador señaló que con ello se violó la ley 1297/98, que prohíbe a las instituciones públicas realizar propaganda pagada en los medios sobre temas de esta índole.

Paralelamente, investigaciones periodísticas señalan que el gobierno del obispo duplicó los gastos en publicidad estatal que realizaba el gobierno anterior, encabezado por Nicanor Duarte Frutos.

La publicidad trepó a más del doble, pues saltó de 7.048 millones a 14.712 con el gobierno de Lugo.

Con la suma gastada podría haberse comprado el doble de camionetas y motos donadas por Itaipú a la Policía Nacional, y ocho veces más alimentos para Emergencias nacionales, señala la periodista Mabel Rehnfeldt.

Los números citados explican porqué nadie en el mundo del narco-periodismo paraguayo pudo percatarse de los móviles que explican que en menos de una semana, poderes en las sombras ejecutaron a media familia de un jefe policial, el máximo jefe de la policía y hombre de confianza del obispo Lugo se reveló como un consumado traficante, varios policías perecieron en un extraño naufragio en un río fronterizo fuera del horario de trabajo y el hijo de un abogado vinculado a un ex gobernador relacionado con pistas de aterrizaje clandestina fue asesinado a balazos, presumiblemente con participación policial.

La displicencia de los medios para analizar estos temas tiene historia en Paraguay, donde la mayoría de diarios, radios y canales de televisión contaron en principio con capital proveniente del narcotráfico, en tiempos de la dictadura de Alfredo Stroessner.

Uno de los más conocidos al respecto, es el caso “Parque Cué”, derivado de la detención de los dos pilotos de un avión monomotor con 343 kilos de cocaína y más de un millón de dólares, en un alejado paraje de ese nombre, en el Chaco paraguayo.

La aeronave había realizado un aterrizaje de emergencia inoportuno y caído en poder de militares que desconocían que el tráfico se realizaba con conocimiento del mismo presidente de la república de entonces, el narco-general Andrés Rodríguez, y del embajador de Estados Unidos Timothy Towell, con la coartada de tratarse de una pesquisa anti-narcos denominada “entrega vigilada”.

Para disimular, el presidente y el embajador del viejo Bush difundieron la versión oficial de que los pilotos habían huido ante la presencia de la milicia, “dejando la llave puesta por el avión, con el cargamento de cocaína adentro”.

El montaje fue descubierto por el periodista Augusto Barreto y difundido por el canal 13 de televisión, en un programa conducido por la hoy famosa figura de TV Menchi Barriocanal. En la televisión, el narco-piloto Amado Recalde desmintió la versión oficial, revelando que en realidad lo había contratado la oficina antidrogas paraguaya, entonces al mando de un general paraguayo educado en West Point, Marcial Samaniego. En el escándalo también aparecían involucrados los agentes de la DEA norteamericana Robert Ridler y Carlos Walter, motivo por el cual el narco-embajador norteamericano –y ex agente de la CIA destinado a rastrear en Bolivia al Che Guevara, Timothy Towell- defendió a sus ciudadanos tildando a Recalde de “vulgar narcotraficante”.

El destape mediático del caso Parque cué pudo darse sólo porque existía una disputa entre el canal 13 y el canal 9 de TV, cada cual con su propio candidato para las inminentes elecciones del año 1992.

Finalmente, los panegíricos del oficialismo, entre ellos el abogado Benjamín Fernandez Bogado (hoy dueño de medios), montaron un operativo blanqueo y por sugerencia del fiscal general del estado Luís Escobar Faella, el juez Arnulfo Arias archivó el caso.

La presente actitud de los medios paraguayos ante los espeluznantes acontecimientos de esta última semana, no hace menos que recordar el no menos infame blanqueo del caso parque cué.

Y, por supuesto, a lo señalado ya en 1914 por el jefe de staff del New York Times, John Swinton, en un dircurso ante el club de prensa: “No existe la prensa independiente. Ustedes lo saben y yo lo sé. No hay uno de ustedes que se atreva a escribir sus opiniones sinceras y si lo hacen, entonces saben de antemano que nunca aparecerán impresas”.

FERNANDO LUGO Y LAS NARCO-DAMISELAS DEL CAMBIO

http://www.viejoblues.com/Bitacora/node/9557

“Si hay algo seguro en esta vida, si la historia nos ha enseñado algo, es que se puede asesinar a cualquiera”. Al Pacino , en El Padrino III
Esta semana el Paraguay no sólo se vio envuelto en aterradores episodios de secuestros y narco-policías, también las publicaciones sensacionalistas revelaron que el obispo Fernando Lugo dedica gran parte de su precioso tiempo a recorrer las residencias de damiselas de agitado pasado, en la no tan lejana dictadura de Alfredo Strossner, a la que continuamente condena con la boca llena, pero no deja de imitar en vicios y esfuerzos por conservar privilegios.

Una de sus sobrinas, precisamente, hace pocos días fue noticia por su glamorosa aparición en un acto oficial. Ver al respecto:

http://www.ultimahora.com/notas/247126-Tras-el-conflicto,-%C3%B1a-Meche-y-su-hija-aparecen-en-acto-presidencial

Poco tiempo antes, había escandalizado a la sociedad decente fotografiándose con Vicente Castiñeira, ex convicto por narcotráfico en Colombia y actualmente procesado por el mismo delito en Paraguay.

La bella hermana del sobrino Vicente, Zuny Castiñeira, había hecho pareja hacia 1996 con el narco fichado por la DEA Carlos Barreto Sarubbi, quien anteriormente se había enfrentado –como parte del cartel de poder del narco-general Andrés Rodríguez- a otro benefactor de la susodicha, el represor Sabino Augusto Montanaro, en sus tiempos de ministro del Interior del dictador Stroessner.


La lucha se daba en el marco de una encarnizada puja por el control del narcotráfico, que también tenía su traducción política en el seno del partido colorado (dividido entre tradicionalistas y militantes), entre Sabino Augusto Montanaro, ministro del interior, y Andrés Rodríguez, comandante del Ejército.


Zuny Castiñeira, de acuerdo a las investigaciones judiciales, había precipitado a mediados de 1985 la caída de un cargamento de cocaína, caso conocido como el de la pista “Fluminense”. La hermana del sobrino de Fernando Lugo actuaba entonces como caballo de Troya del ministro Montanaro, para desprestigiar a sus rivales en el negocio, y golpear al sector militar de Andrés Rodríguez. La disputa incluía una división en el partido colorado, que en definitiva acabaría con el régimen de Stroessner, y una sangrienta riña por apoderarse de la dirección de narcóticos de la policía, que hoy parece revivir en Paraguay con secuestros y aterradores atentados.

Derrocado Stroessner, Zuny engalanó con sus atributos la farándula carioca y los carnavales de Rio para, tras el breve receso, regresar al terruño y conquistar a Barreto Sarubbi, narcotraficante a cargo de la lucha contra la piratería y el contrabando en el este, durante el gobierno de Wasmosy.

Poco tiempo después, la prensa farandulera publicaba que Zuny Castiñeira había oficiado de anfitriona en la inauguración del casino del Hotel Acaray, propiedad estatal, arrendado por Antonio Aranda, consuegro de Carlos Barreto Sarubbi. En una foto de la inauguración, la bella pariente política de Fernando Lugo posó franqueada por el director de la poderosa Red O’ Globo, Bonifacio de Oliveira Sobrinho, quien aparecía sonriendo junto al traficante André Lehnen, gerente del casino.


El narco Carlos Barreto, tras culminar su período como gobernador y paladín de la lucha contra la ilegalidad en el Alto Paraná, se llamó a silencio debido a la acusación pública de la DEAnorteamericana de constituir uno de los principales tentáculos del narcotráfico en Paraguay.


Zuny Castiñeira volvió a la capital del país para convertirse en empresaria de los medios, con su revista Zeta y para volver a acomodarse en los círculos de poder bajo el gobierno de Fernando Lugo.
Lo que se dice, emprender un cambio a fondo en el Paraguay. Es que a seriedad, lo sentenció Oscar Wilde, es apenas el último refugio de los superficiales.

HOMENAJE DE FERNANDO LUGO A GENERAL NARCOTRAFICANTE

Al recordar el golpe militar que el 3 de febrero de 1989 acabó con el régimen del dictador Alfredo Stroessner, el único homenajeado por el clérigo-presidente paraguayo Fernando Lugo fue el célebre general narcotraficante Andrés Rodríguez.

En un homenaje realizado en el Panteón Nacional de los Héroes, el obispo recordó los veinte años del inicio de la transición democrática en Paraguay, con un cruento golpe militar que desalojó a Stroessner luego de tres décadas de tiranía, y en el que participaron Rodríguez y Lino Oviedo como protagonistas centrales.

Las vinculaciones con el tráfico de estupefacientes, de la mayoría de los generales que se rebelaron contra Stroessner en aquella ocasión, hizo que el golpe sea bautizado popularmente como "el golpe de los narcotraficantes" en Paraguay.

A dos décadas del desalojo del dictador, su aparato de propaganda se encuentra intacto, al punto que dos de sus principales propagandistas, Aldo Zucolillo y Humberto Rubín, hoy se encuentran al servicio de Fernando Lugo.

DE NARCOTRAFICANTE A PRESIDENTE

Después de liberar a Sicilia de los nazis en 1943, los estadounidenses se vieron en la encrucijada de optar por cederle el poderal partido comunista italiano, cabeza de la resistencia anti-nazi, o a la mafia pro-fascista. Fieles a su tradición, optaron entonces por la mafia.

En 1946 el mafioso Lucky Luciano, que cumplía una condena de 30 años en Estados Unidos fue liberado y deportado a Italia por la CIA con la misión de organizar a la mafia contra el poderoso movimiento comunista de la península. Luciano cumplió con su parte a cambio del apoyo tácito o explícito de la CIA a su negocio del narcotráfico que seguía la ruta de Medio Oriente a Marsella, Francia, antes de dirigirse por diferentes rutas a New York.

Luego de la revolución comunista en China, generales del ejército nacionalista apoyados por Estados Unidos se apoderaron de parte de la Sierra de Birmania, donde se abocaron a la producción de heroína en lo que se conocería como “el triángulo dorado”. Pronto la producción birmana fue reemplazada por la laosiana, donde las tropas de Vang Pao combatían a los comunistas de Vietnam del Norte gracias a sus inmensas ganancias con el tráfico de heroína.

Como es una constante histórica del imperio norteamericano, su propia creación se convirtió enseguida en obsesivo fantasma, y debió considerar a las drogas como una amenaza. En junio de 1971, el presidente Richard Nixon afirmó que si Washington no destruía la amenaza de las drogas, sería destruída por ella y no estaba dispuesto a tolerar esa segunda alternativa.

El mismo año fueron arrestados con drogas o identificados como narcotraficantes una buena cantidad de referentes de organizaciones anticomunistas de todo el mundo, en su totalidad financiados por Nixon. Entre estos no faltaban, lógicamente, representantes del negocio en Paraguay.

Desde 1965 pasaba por este país Sudamericano un vital tráfico de heroína que cobró notoriedad cuando en Washington se supo quién lo dirigía. Era el antiguo agente de la GESTAPO Lucien Darguelles, alias Auguste Ricord, capo de la Conexión Latina que inspiró el personaje compuesto por el actor Fernando Rey en la celebrada película “Contacto en Francia”.

Uno de sus principales protectores era el general Andrés Rodríguez, emparentado con el dictador Stroessner y bautizado por la prensa internacional como “el general de los grifos de oro”. Se cuenta en Paraguay la anécdota de que cuando en una oportunidad el rey Juan Carlos de España visitó su residencia, se sintió impresionado por la fastuosidad y no resistió preguntarle si todas las riquezas a la vista las había adquirido con su sueldo de general.

Su protegido Auguste Ricord tenía su residencia y un motel en las afueras de Asunción, camino a Itá Enramada. Al frente lucía una pequeña réplica de la torre Eiffel con el cartel Paris-Nizza en luces de neón, y se conectaba con un pequeño puerto donde atracaban lanchas y una balsa con servicio regular a la costa argentina, a escasos cinco minutos de travesía por una ruta asfaltada. Parte del cargamento llegaba por ese cruce, a veces disimulado en automóviles Citroen usados importados desde Francia a Paraguay, para embarcarse rumbo a Estados Unidos en cargueros aéreos que partían de pistas controladas por jerarcas del régimen militar paraguayo como Rodríguez.

El negocio prosperaba sin sobresaltos hasta que el 18 de octubre de 1970 un Cessna monomotor fue detenido con casi cincuenta kilos de heroína pura en el aeropuerto internacional de Miami. El cargamento estaba evaluado en unos diez millones de dólares y los tripulantes eran Roberto Gallucci, alias César Bianchi, y el copiloto Balestra, ambos operadores de la red que dirigía Ricord bajo protección de Rodríguez.

El juicio a estos traficantes no había ni siquiera comenzado cuando el 24 de enero de 1971 huyeron de su encierro en Manhattan. Un emisario del general Andrés Rodríguez y empleado de su casa de Cambios, Cecilio Fleitas, los había visitado poco antes y les llevó el dinero para la fuga. El juez John Canella, a cargo del caso, solicitó la extradición de Ricord, quien a pesar de sus influencias fue a parar a la cárcel como privilegiado huésped a la espera que se aquieten las aguas.

La situación iría a complicarse cuando el 24 de mayo de 1972 el influyente columnista del Washington Post Jack Anderson denunció la complicidad del régimen paraguayo con el narcotráfico dirigido por Ricord, en una columna reproducida en 600 periódicos de todo el mundo. Anderson acusaba a varios jerarcas paraguayos con nombre y apellido, entre ellos Pastor Coronel, Andrés Rodríguez, Patricio Colmán, Sabino Augusto Montanaro, Francisco Alcibíades Brítez Borges, Leodegar Cabello, Hugo González y Vicente Quiñónez, la mayoría generales y altos funcionarios en servicio activo.

Una versión documentada de la nota fue publicada por la famosa revista Selecciones de Readers Digest, pero la edición fue prohibida y confiscada cuando llegó a Paraguay.

Puesto entre la espada y la pared, el embajador de Estados Unidos en Paraguay Raymond Ylitalo hizo comentarios que le costarían el puesto. “El ataque sobre los funcionarios del gobierno paraguayo es irresponsable y de brocha gorda” afirmó. Tres meses después fue retirado de misión sin tiempo siquiera para las cortesías protocolares.

Como el régimen de Stroessner seguía a pesar del escándalo protegiendo a Ricord y dilatando su extradición, Nixon envió como delegado al funcionario Nelson Gross quien se entrevistó con el dictador para solicitar en nombre de Washington por instrucción directa del presidente la extradición de Ricord. Dejó en claro que de no producirse de inmediato la resolución, el Paraguay dejaría de recibir asistencia económica y militar del imperio norteamericano.

Era suficiente argumento para convencer a Stroessner. Inmediatamente se dio instrucciones al presidente de la corte Suprema Juan Félix Morales para que disponga lo que requería el funcionario de Nixon. Pocos días después el Tribunal de Apelaciones revocó el auto interlocutorio de primera instancia y dio vía libre a la extradición.

Ricord fue literalmente fletado a Nueva York en un vuelo especial contratado por el gobierno de Estados Unidos. El juez Canella lo estaba esperando con todas las pruebas en la mano para condenarlo a veinte años de cárcel, lo cual considerando la edad del procesado equivalía a cadena perpetua. Por razones humanitarias se lo liberó a los diez años, gravemente enfermo, paralítico y sin habla.

Ricord volvió al Paraguay el 10 de marzo de 1983 y fue a recluirse en una vivienda no muy alejada del local donde funcionó su motel Paris Niza. Dos años después falleció. Su hija, Pupi Ricord, sigue viviendo en Asunción en una mansión de un barrio exclusivo y frecuenta la farándula y la alta sociedad.

Andrés Rodríguez, el socio principal de Ricord, en 1989 llegó a la presidencia del Paraguay con el respaldo de la embajada norteamericana, y tras recibir honores de jefe de estado por todo el mundo, falleció a mediados de los noventa. En el entierro de sus restos, muchos de los políticos que hoy constituyen el entorno del obispo Fernando Lugo, entre ellos el ex presidente del congreso Miguel Abdón Saguier, pronunciaron elogiosos discursos y lo tildaron de patriota y ciudadano ejemplar.

LINO OVIEDO

Otro de los personajes identificado con el tráfico de drogas entre los golpistas era el general Lino Oviedo.

Ya en Septiembre de 1985, en plena guerra fría y bajo la dictadura pro-Washington del general Alfredo Stroessner, un expediente judicial sobre narcotráfico citaba al hoy aliado del obispo Fernando Lugo en el Parlamento, entonces coronel Lino Oviedo:

"...se constató las operaciones de dos avionetas brasileñas con matrículas cubiertas que cargaban electrónicos de contrabando y paquetes de cocaína. Entre los peones cargadores y guardias civiles armados se encontraban dirigiendo las operaciones el señor Fadh Yamil y el militar retirado Lino Oviedo" (informe de juez al presidente de la suprema corte de Justicia, 20 de septiembre de 1985).

Un informe de la CPI del Brasil también describe a Oviedo en términos parecidos: "Oviedo es uno de los pilares del tráfico de drogas en América del Sur, jefe del cartel de Paraguay, estrechamente vinculado a Beira Mar" (Aníbal Miranda, la Máxima organización mafiosa, pag. 177).


Un informe de inteligencia rastreado en origen a estación de la CIA en Asunción, datada en Asunción y fechado en junio de 1994 no se queda a la zaga de las anteriores descripciones:

"Oviedo utiliza el Hotel Cecilia como base de operaciones para sus varias actividades fuera de sus funciones como comandante del Ejército, incluyendo espionaje para el Gobierno Alemán. El dueño del Hotel, Gerardo Wagner, austríaco de origen, es un contacto de muchos años del espionaje alemán".

También vinculaba a Oviedo con la reexportación ilegal realizada por el conocido fascineroso Carlos Barreto Sarubbi, "envuelto en tráfico de drogas con el Cartel de Cali a través de Mohamed Jamil Rassoul, un libanés residente en Ciudad del Este. Rassoul fue detenido recientemente en Brasil con Vicente Rivera Ramos, hijo de uno de los jefes del cartel de Cali. Más de 7.300 kilos de cocaína fue encontrada en una estancia alquilada por Rassoul".

Oviedo fue considerado por mucho tiempo como una amenaza militarista y fascista, además de peligroso criminal y asesino de manifestantes contra el gobierno en episodios de marzo de 1999, por los intelectuales y la prensa paraguaya que hoy guardan un silencio cómplice ante estos pactos entre el clérigo presidente y el narcotraficante neo nazi, quizá influenciados por la embajada norteamericana.

El misterioso silencio ante el reciclaje del general golpista Lino Oviedo entre la intelectualidad paraguaya , en su mayoría alineados en el proyecto del obispo Fernando Lugo, no se condice con las expresiones que escuchábamos una década atrás al referirse a este subproducto de la política exterior norteamericana, que modeló la atrabiliaria mentalidad de los militares latinoamericanos.

La posición contra Oviedo se atenuó cuando el militar ingresó al Olimpo de los políticos sufragados por la embajada norteamericana a través de su Partido Unace y se apagó del todo con el reciente viaje del general para entrevistarse con altos funcionarios del departamento de estado, que impulsó a colegas suyos de tan feliz memoria como los generales que dirigieron el genocida Plan Cóndor.


DISCURSO CANTINFLESCO Y PLANTÓN EN BARILOCHE

Se atribuye a Lord Byron haber advertido una vez a su auditorio con la frase: La consecuencia de no pertenecer a ningún partido será que los molestaré a todos.

Algo parecido parece suceder con el clérigo-presidente Fernando Lugo, a quien sus amigos aliados conservadores le abortan todas las iniciativas “progresistas” que pretendan ir más allá del discurso.

Su alocución cantinflesca en Bariloche, donde eludió pronunciarse en contra del colombiano Alvaro Uribe en el tema de las bases yanquis en Colombia, tiene sobradas explicaciones en estos publicistas y asociados anticomunistas, que más allá de permitirle alguna retórica transgresora, dejan poco margen para actitudes revolucionarias que superen a las palabras.

Los gestos del obispo, cuando baja de la tribuna para abocarse a sus asuntos, no desentona con la inconsecuencia entre su propaganda y la realidad, y basta repasar algunos ejemplos recientes aparecidos en las noticias.

El ministerio de Educación trajo de Misiones, desde el interior del Paraguay, un rubro para beneficiar a Mirtha Maidana, sobrina del clérigo-presidente Fernando Lugo, comisionada de manera irregular en el despacho de la primera dama.

Tanto el comisionamiento como el escalafón que percibe la pariente del obispo-presidente violan la ley 3692 de Presupuesto, pero ello poco importa al mesiánico cura pederasta que prometió redimir al Paraguay de sus males, entre ellos la ilegalidad y el nepotismo en el funcionariado público.

La misma sobrina de Lugo hace poco apareció en público con connotadas figuras del narcotráfico autóctono.

Un verdadero fiasco, sin duda, pero ¿qué le hace una mancha más al tigre?

SIN REFORMA AGRARIA A LA VISTA


El supuesto plan de reforma agraria de Fernando Lugo no es tal, sino solo asistencialismo dirigido a algunos sectores, porque no se apoya en datos objetivos de un elemental censo de campesinos sin tierra, ni se cuenta con un catastro territorial, según señala el experto en el tema Wilfrido Hugo.

También señala el crítico que los movimientos que dicen apoyar la reforma agraria reman en contra, porque sólo apuntan a fortalecerse como grupos políticos a través del prebendarismo y clientelismo, reeditando los vicios que otrara criticaban.

CHANTAS DE RAZA


Fernando Lugo dijo recientemente en otro de sus cantinflescos discursos, tan abundantes en disparates y falacias, que está en contra de la democracia burguesa.


Sin embargo, la prensa le ha señalado que sí le gustan las mansiones, camionetas y otros lujos suntuarios propios de la misma.

Al observar la camioneta todo terreno de su secretario Miguel López Perito, la Harley Davison del teólogo de la liberación tercermundista y la mansión del secretario de emergencias Camilo Soares, no quedan dudas sobre la contradicción entre el discurso y los hechos.


Unos verdaderos chantas de raza.


PLANTÓN AL OBISPO MISÓGINO


Desde un tiempo a esta parte, señales que pasan inadvertidas a sus panegiristas vienen mostrando al obispo lo mucho que su imagen se ha venido deteriorando, sobre todo con sus escándalos relacionados con sus faltas a sus compromisos para con su iglesia.

Un tiempo atrás, el escritor Eduardo Galeano declinó una invitación para realizar un encuentro de escritores en Asunción, en la explanada de la sede del gobierno. Por la misma época, una universidad de Buenos Aires lo desairó negándose a entregarle un título Doctor Honoris Causa, en ocasión en que distinguió con la mención a Evo Morales.

Más recientemente, el líder revolucionario cubano Fidel Castro rehusó tomarse una fotografía con él, cuando fue visitado en la isla caribeña.

Ahora le tocó sufrir un plantón en Bariloche.

La presidenta argentina Cristina Fernández optó por dialogar con la prensa en compañía del ecuatoriano Rafael Correa. antes que mantener la reunión bilateral respecto a la binacional Yacyretá con Lugo. Esto molestó al ex obispo, quien se mandó mudar, según informes de la prensa paraguaya.

No quedó claro si fue por un desencuentro o por qué otra razón, pero lo cierto es que la reunión bilateral pedida por el presidente Fernando Lugo a Cristina Kirchner no llegó a realizarse.

Lo cierto es que ya en la última cumbre hubo roces, cuando Cristina incluso trató de misógino al clérigo.

Muchas mujeres consideran que la dignidad de la mujer ha sido hollada gravemente por el obispo Fernando Lugo, acusado también de polígamo y violador, por lo que su figura ha dejado de ser del agrado de las feministas.

Es que las desavenencias, como lo sentenció Otto von Bismarck, siempre tienen algo de inteligencia o buena voluntad.

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