jueves, 26 de noviembre de 2009

SIGUEN ESCÁNDALOS

PUBLICADO POR CLARIN

Sigue el escándalo por la paternidad de Lugo: apareció un cuarto hijo
Es una chica de 19 años que se casó el sábado. El ex obispo fue a su boda.


"No tengo por qué mentir. El, bajo la sotana mintió toda su vida. Para qué vamos a engañarnos", dijo del presidente Fernando Lugo su sobrina Mirta Maidana Lugo, hija de la primera dama Mercedes Lugo, al asegurar que su tío es el padre de Fátima Rocío Rojas, una joven de 19 años, a cuya boda asistió el sábado.

Todos sabíamos en la familia que Fátima era la hija del tío Nono. Yo le desafío que se haga el ADN. Si no es su hija yo me presento a cumplir una condena por difamación y calumnia", expresó la mujer, en demostración de abierta ruptura familiar. Sus parientes llaman "tío Nono" a Lugo.

La existencia de Fátima Rocío saltó al tapete el pasado sábado cuando algunos periodistas -alertados por vecinos- se asomaron a una residencia donde se llevaba a cabo una ostentosa fiesta privada en presencia del jefe de Estado. Voceros oficiales señalaron que Fátima Rocío es una "sobrina del alma" del presidente, quien prefería guardar silencio hasta el martes. Se trata de la cuarta persona cuya paternidad se atribuye al ex obispo católico de la diócesis de San Pedro. Una investigación del diario ABC reveló el martes que el flamante esposo de Fátima, Luis Paciello, consiguió un puesto por 1.150 dólares mensuales en la represa argentino-paraguaya Yacyretá, hace dos meses.

"Mis hijos la conocen. Toda la familia sabe. Yo solo cuento la verdad. Si el resto de la familia calla es problema de ellos", subrayó la mujer. En la pasada Semana Santa, los abogados del jefe de Estado buscaron en vano persuadir a Viviana Carrillo, de 25 años, de su decisión de recurrir a los tribunales para entablar juicio de paternidad por su hijo Guillermo Armindo Carrillo, de 2 años.

Cuando lograron hacerlo, el caso ya había tomado estado público y el mandatario, en confesión ante las cámaras de televisión en el palacio de Gobierno debió admitir que el niño es suyo y que estaba dispuesto a reconocerlo. Tras el escándalo, otras dos mujeres le entablaron juicio por la misma causa. Benigna Leguizamón, de 27 años, una humilde ex empleada de limpieza del obispado de San Pedro, le exige la prueba de ADN para que reconozca a su hijo Lucas Fernando, de 6 años.

El caso está paralizado por una apelación: Lugo reclama que la prueba de ADN se haga en la residencia presidencial alegando ser un jefe de Estado y no en un laboratorio de Ciudad del Este, a 330 kilómetros de Asunción.

Damiana Hortensia Morán, de 39 años, una ex catequista de la Iglesia y activista durante la campaña electoral de 2008, le reclama a su vez, por su hijo Juan Pablo, de 2 años. Al divulgarse estos tres casos, políticos de oposición ya insinuaban seis meses atrás que el ex religioso tenía una descendencia más, por Fátima. El corte del presupuesto 2010 para el "Despacho de la Primera Dama" -en poder de Mercedes Lugo, la hermana del gobernante- habría sido el motor de la denuncia de la hija de esta, por despecho, porque el tío no defendió dichos fondos ante el congreso de mayoría opositora.

Una noticia publicada por la prensa local la semana pasada dio cuenta de una visita que realizó la primera dama paraguaya a la presidenta Cristina Kirchner en Buenos Aires, presumiblemente para solicitarle ayuda destinada a sostener el "Despacho" que tendrá que desaparecer el próximo año.

"Dicen que mi mamá (Mercedes) está muy mal, y que mi tío (Lugo) está enojado conmigo. Pero para qué vamos a engañarnos. El es el padre de todos ellos", dijo Mirta Maidana Lugo refiriéndose a los cuatro hijos. Sixto Pereira, un senador oficialista allegado al mandatario, dijo que las críticas que este recibe forman parte de una conspiración para derrocarlo. "Dicen que es una conspiración de la prensa o que es una conspiración mía, pero él venía manchado desde hace mucho. Si siendo obispo tuvo hijos...", se interrogó la sobrina. Cuando le preguntaron si había más de cuatro hijos, respondió: "Que yo sepa no".

En diciembre de 2006, Lugo pidió permiso al Vaticano para dejar los hábitos antes de embarcarse en la carrera electoral, apoyado por una Alianza de partidos de derecha, centro e izquierda. El permiso llegó en agosto de 2008.

El giro de su gobierno hacia la "izquierda bolivariana" como denuncia la oposición, le multiplicaron enemigos políticos que amenazan con llevarlo a juicio político para destituirlo.

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