viernes, 28 de mayo de 2010

FERNANDO LUGO Y EL AMIGUISMO EN EL SERVICIO EXTERIOR

El verdadero amigo es aquel que está a tu lado cuando preferiría estar en otra parte, dijo el dibujante de cómics norteamericano Len Wein, aunque al obispo Fernando Lugo le sería más conveniente tener a sus amigos tan alejados como sea posible.

Duros cuestionamientos recibió Ausberto Rodríguez, un personaje a quien el obispo Fernando Lugo pretende nombrar embajador en Uruguay sencillamente por ser su amigo.

“Ausberto Rodríguez, actual asesor del presidente Fernando Lugo y quien vivió exiliado 12 años en Uruguay, señaló la importancia de fortalecer las relaciones con este país, considerando que con Paraguay son los dos países más pequeños del Mercosur, y ayudaría a eliminar las asimetrías existentes actualmente”, informó un medio local.

Sin embargo, no aclara en calidad de qué Ausberto Rodríguez se autoexilió en Montevideo, dado que nunca sufrió persecución en Paraguay, sino más bien, siempre se constituyó en servil aliado de los más rabiosos partidarios de Stroessner que puedan existir entre el empresariado local de la comunicación.

Su única experiencia como diplomático, valga mencionarlo, fue representar los intereses de Aldo Zuccolillo en el interior del Partido Revolucionario Febrerista, en tiempos en que se editaba el periódico militante El Pueblo. De él se valió nuestro héroe Ausberto para hacerse autobombo, negándose a publicar notas sobre el resplandeciente héroe de la guerra del Chaco Joel Estigarribia, mientras cedía la página central al retardatario editorialista de ABC Juan Díaz Bordenabe y colmaba espacios con elogios que le prodigaba el conductor farandulero Bruno Masi.

Algunos parlamentarios manifestaron con profundo conocimiento de causa que Ausberto solo es candidato a embajador por ser amigo del presidente de la República, Fernando Lugo, pero que el mismo no cuenta con la experiencia para ser embajador.

Ante esto, Ausberto Rodríguez respondió aquello y aseguró que su nombramiento no tiene relación con su amistad con el mandatario paraguayo.

Sin embargo, Ausberto prestó un invalorable servicio sobre todo para engañar a la prensa internacional y a la izquierda latinoamericana con el cuento del “obispo de los pobres”, dado que como sabemos, de izquierda el gobierno de Fernando Lugo no tiene nada.

Ya con el nombramiento de Pablo Sugastti, un amigo de los amigos de Fernando Lugo como encargado de despacho de Petropar, quedó demostrado que el amiguismo sigue tan campante en el manejo de los asuntos públicos.

Lugo designó en principio a Pablo Sugastti como “encargado de despacho en Petropar”. Se trataba del candidato que había lanzado el ministro Martín Heisecke, el mismo día en que también anunció la renuncia de Cíbar Granada, aquel 6 de febrero. Sugastti fue así premiado por ser amigo del entorno del jefe de Estado, entre los que también están Raúl Meza y “Kencho” Rodríguez, etc.

La renuncia de Granada, producida en forma sorpresiva el viernes 6 de febrero pasado, estuvo rodeada en todo momento de misterio y abundante especulación periodística, que terminaron convirtiendo el caso en un escándalo, con ribetes políticos-económicos y de presunto tráfico de influencias.

El antiguo presidente de Petropar Cíbar Granada acabó reemplazado por orden del ministro de industria Martín Heisecke, el inamovible y todopoderoso financista de la campaña clero-fascista, además de consumado plutócrata.

Es también conocida la forma en que el clérigo sigue aferrándose a mantener en su cargo al cuestionado secretario de emergencias Camilo Soares, aunque ello le valga un enfrentamiento con todo el Parlamento, y un cisma en la bancada liberal, y todo por sostener a un oportunista sin siquiera media banca de representación parlamentaria.

Más adelante el clérigo-presidente nos sorprendió nombrando jefe de inteligencia de la Fuerza Aérea a un amigo involucrado en el tráfico de cigarrillos, que intentó mentir sobre sus antecedentes afirmando que aterrizó con su carga ilegal en territorio argentino por las malas condiciones climáticas, algo posteriormente desmentido por el servicio meteorológico argentino.

A estos casos se sumó ahora la maniobra de organizar una manifestación en San Pedro para autoadjudicarse dinero público a través de una ONG.

Fue lo que sucedió con los sesameros que cortaron una ruta en complicidad con el mismo gobernador luguista que luego apareció en la prensa anunciando que ocho millones de dólares serían embolsados por un grupo de amigos del presidente Lugo, vinculados a Tekojoja.

Lo cierto es que si algo se confirma día a día con el nuevo gobierno paraguayo que encabeza Fernando Lugo, es que éste no llegó para acabar con los vicios del pasado, sino para disfrutar de ellos.

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